Última actualización junio 12th, 2025 7:55 AM
México ha pasado de ensamblar autos en los años 20 a ser el séptimo productor mundial, gracias a políticas industriales, tratados comerciales y una manufactura competitiva. El sector representa el 6% del PIB y el 30% de las exportaciones. Hoy enfrenta retos como la electromovilidad, nuevas reglas del T-MEC y la digitalización.
CIUDAD DE MÉXICO (07/04/2025).- La industria automotriz en México ha recorrido un largo camino desde la llegada de las primeras plantas ensambladoras en la década de 1920 hasta consolidarse como uno de los principales productores de vehículos a nivel global. A lo largo de un siglo, el sector ha pasado por diversas transformaciones, impulsadas por políticas industriales, tratados comerciales y una estrategia de manufactura altamente competitiva. Hoy, México es el séptimo mayor productor de automóviles en el mundo y un eje clave en la cadena de suministro automotriz de América del Norte.
Los primeros pasos: la llegada de las automotrices a México
El inicio de la industria automotriz en México se remonta a 1921, cuando Buick abrió su primera representación en el país. Sin embargo, fue en 1925 cuando Ford Motor Company estableció la primera línea de ensamblaje en la Ciudad de México, marcando el comienzo de la producción local de vehículos. General Motors llegó en 1935, y en 1938 inició el ensamblaje en una planta ubicada en la avenida Ejército Nacional. Ese mismo año, se fundó Fábricas Automex, que más tarde se convertiría en Chrysler.
Durante estas primeras décadas, el mercado automotriz mexicano dependía en gran medida de la importación de partes y vehículos terminados, lo que llevó al gobierno a intervenir con políticas de sustitución de importaciones para fomentar el desarrollo de una industria nacional.
La era de los decretos automotrices: el impulso a la producción nacional
Con el objetivo de fortalecer la manufactura local, el gobierno mexicano implementó los llamados decretos automotrices, una serie de regulaciones que dieron forma a la industria.
Los años 70 trajeron cambios con el Segundo Decreto Automotriz (1972), que redujo las exigencias de contenido nacional y obligó a las empresas a exportar al menos el 30% del valor de sus importaciones. Sin embargo, este modelo no alcanzó las metas esperadas y la industria solo exportaba el 16% del valor de sus importaciones.
El Tercer Decreto (1977) puso énfasis en la exportación de autopartes, alineándose con las estrategias de las automotrices estadounidenses, que buscaban optimizar costos frente a la creciente competencia de marcas asiáticas.
Durante los años 80, compañías como General Motors (Ramos Arizpe, Coahuila), Ford (Hermosillo y Chihuahua) y Volkswagen (Puebla) consolidaron la manufactura en el país, con una creciente integración en las cadenas de producción de Norteamérica.
La apertura comercial y la llegada del TLCAN
En los años 90, la política automotriz mexicana dio un giro con el Cuarto Decreto Automotriz (1989), que permitió la importación de vehículos terminados bajo la condición de mantener un superávit comercial.
Pero el verdadero punto de inflexión ocurrió en 1994 con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La integración con Estados Unidos y Canadá impulsó la llegada de nuevas inversiones y permitió que México se convirtiera en un actor estratégico en la producción de vehículos. Nissan, Volkswagen, Ford, GM, Chrysler y Toyota expandieron su presencia, mientras que Honda, BMW y Audi se sumaron al ecosistema automotriz mexicano.
Este periodo vio la consolidación de regiones como Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla y el Estado de México como polos clave de producción.
Crecimiento exponencial: México, un gigante automotriz
Los números hablan por sí solos. En 1993, México exportaba 10,114 millones de dólares en vehículos y autopartes. Para 2024, la cifra alcanzó 192,897 millones, un crecimiento de 19 veces en tres décadas. Hoy, la industria automotriz representa cerca del 6% del PIB nacional y el 30% de las exportaciones del país.
México se ha consolidado como el séptimo mayor productor de vehículos a nivel global, fabricando más de tres millones de unidades al año. La manufactura automotriz en el país no solo abastece el mercado nacional, sino que también exporta el 80% de su producción, principalmente a Estados Unidos y Canadá, seguidos de Europa y América Latina.
Desafíos actuales y el futuro de la industria
A pesar de su éxito, la industria automotriz mexicana enfrenta desafíos significativos:
Conclusión
La historia de la industria automotriz mexicana es un ejemplo de crecimiento sostenido, adaptación y éxito en un entorno global altamente competitivo. Desde las primeras líneas de ensamblaje en la Ciudad de México hasta convertirse en un referente mundial en manufactura de vehículos, el sector ha demostrado su capacidad de evolucionar y responder a las demandas del mercado.
El futuro de la industria dependerá de su capacidad para afrontar los desafíos tecnológicos, adaptarse a las nuevas tendencias de electromovilidad y fortalecer su posición en el comercio internacional.
México ha pasado de ensamblar autos en los años 20 a ser el séptimo productor mundial, gracias a políticas industriales, tratados comerciales y una manufactura competitiva. El sector representa el 6% del PIB y el 30% de las exportaciones. Hoy enfrenta retos como la electromovilidad, nuevas reglas del T-MEC y la digitalización.
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