Última actualización mayo 1st, 2025 1:37 PM
Lo que nos hace falta es no hablar sólo de números, y menos de los que no creemos. Igual de importante que la discusión cuantitativa, o quizás más, es el aspecto cualitativo. No sólo qué está pasando y cuándo nos va a tocar, sino cómo vamos a cuidarnos y cómo hacerle para que después las cosas funcionen mejor.
CIUDAD DE MÉXICO (14/04/2020).- Hace un par de días, aprovechando la gran oferta que hay ahora de conferencias virtuales, me conecté a la plática de un renombrado economista que hablaba, inevitablemente, del efecto del coronavirus. Yo me considero una persona más o menos bien informada, y más en estas épocas, y francamente me frustró que el conferencista me presentara las mismas cifras que todos los días puedo ver en los medios de comunicación. Ah, y lo peor: uno de sus comentarios más frecuentes fue “estos números no me parecen creíbles”. ¿Entonces, cuáles son los números creíbles?
Claro que ya nos habían dicho que las cifras que se reportan de enfermos y fallecidos tampoco son las reales. Pero las seguimos todos los días, entre otras cosas porque de ellas depende que ya podamos volver a salir de casa. De alguna manera tenemos el paradigma de que una cifra, precisa hasta la última unidad, nos tiene que transmitir una verdad.
A los que nos ha tocado manejar números profesionalmente, sabemos que a las cifras hay que darles un contexto. Son relativas. En el caso de enfermos y muertos por Covid-19, corremos el riesgo de ser acusados de insensibles cuando lo hacemos. Pero lo voy a hacer de todas maneras. Tomemos como ejemplo a España. En 2018 en España, murieron en total 115 mil personas de enfermedades del sistema respiratorio, que es la segunda causa de muerte. En comparación, los 15,000 que han muerto este año relacionados con Covid-19 parecieran no ser tantos, pero por otro lado, nos permite dimensionar la carga adicional para los hospitales en tan corto tiempo. Y entendemos que sin las drásticas medidas podrían haber sido muchos más.
Bueno, en realidad nuestro tema era la economía. Un evento que pone en evidencia lo irrelevante de la cifra vista por sí sola, fue la caída de las bolsas, que en ese día evocaba el apocalipsis financiero. Unos días después se recuperó en buena parte, y de lo único que nos habla en realidad, es que todo el mundo sabía que las bolsas estaban infladas y sólo esperaban el pretexto para ajustarse. Otro contexto es comparar el índice Dow Jones del 9 de abril de 2020 que registró 23,700 puntos, con el del 1º de septiembre de 2015 que se ubicó en 17,700. Un crecimiento de 33% en menos de 5 años, y en dólares, no está tan mal.
Donde la cosa se vuelve verdaderamente temeraria es en los pronósticos económicos que vaticinan las grandes depresiones. ¿Habrá alguna razón para suponer que el comportamiento del consumidor, una vez superada la pandemia, vaya a ser muy diferente que antes? Sin duda, para algunas cosas sería hasta deseable. Pero estoy seguro de que los restaurantes se van a llenar, la gente cuando pueda va a ir a las playas, y si no, por lo menos al centro comercial.
Claro que va a haber un impacto temporal por los ingresos que empresas y personas no tuvieron durante la suspensión. Pero, así como decidimos de un día para otro detener todo, podemos decidir, cuando sea prudente, arrancar otra vez. No hay nada que nos lo impida.
En conclusión, lo que nos hace falta es no hablar sólo de números, y menos de los que no creemos. Igual de importante que la discusión cuantitativa, o quizás más, es el aspecto cualitativo. No sólo qué está pasando y cuándo nos va a tocar, sino cómo vamos a cuidarnos y cómo hacerle para que después las cosas funcionen mejor. Porque vaya que hubo cosas que no funcionaron. Hay mucho que aprender de lo que está pasando, en lo social, lo político y lo económico.
Pero como ya dijimos: la decisión está en nuestras manos. No nos dejemos hipnotizar por los números. Los próximos desastres están a la vuelta de la esquina. Hagamos lo necesario para prevenirlos y mitigarlos, en nuestra casa, en nuestra empresa y en nuestro país.
Acerca del autor:
Thomas Karig trabajó en Volkswagen de México en diversas posiciones ejecutivas durante 37 años. Implementó los procesos de gestión de Gobernabilidad, Riesgo y Cumplimiento en la empresa. Perteneció a los Consejos de AMIA, CAMEXA y del Colegio Humboldt. Actualmente, Karig es conferencista y consultor organizacional independiente en temas de la industria automotriz, de comercio internacional y de la implementación de sistemas de gobernanza empresarial. Es catedrático en temas de Gobernabilidad y pertenece a Consejos de Administración de empresas del sector automotriz e inmobiliario. Contacto: thomas.karig@tkonsult.com.mx
Lo que nos hace falta es no hablar sólo de números, y menos de los que no creemos. Igual de importante que la discusión cuantitativa, o quizás más, es el aspecto cualitativo. No sólo qué está pasando y cuándo nos va a tocar, sino cómo vamos a cuidarnos y cómo hacerle para que después las cosas funcionen mejor.
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La Industria Aeroespacial sigue despegando en estados como Guanajuato, nuestra especialista Silvia Ortiz de Vanguardia Industrial, nos explica la detonación de este sector en #NoticiasW con #VeroMéndez pic.twitter.com/itZ8boXKcU
— Vanguardia Industrial (@Vanguardiaind) September 13, 2023
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